“El domingo llegó con agüita de Dios, torta frita con mate y en cualquier agujero se ríe, señor”, decía José Carbajal, y uno piensa: ¿habrán sido rellenas esas tortas? No lo creo. Desde hace varios domingos, más precisamente desde 1997, Lourdes Schenck mantiene su carro de tortas fritas frente a la plaza pública de Juan Lacaze “Este trabajo me ha dado muchas alegrías”, expresó en diálogo con la diaria.

En un parador de la rambla de la ciudad sabalera, a los pies de la playa Verde, Schenck recuerda esos primeros años en los que el trabajo era prioridad, dado que venía en camino su hija Julieta, que hoy, entre viaje y viaje a Europa, “ayuda y trabaja como una más”, relata. “A mediados de ese año nació mi hija y a las pocas semanas comencé a trabajar en el carro”, dijo Schenck.

Al pasar el tiempo, “la inventora”, como le dicen algunos en la calle (y ella se ríe), fue salteando etapas y manteniendo su negocio, que para muchos otros vendedores ha sido inestable y corto. “He pasado grandes crisis a nivel nacional, como la de 2002 o la pandemia de covid-19, y me he mantenido trabajando”, aseguró Schenck. La crisis local, como el cierre de Fanapel en 2017, no la afectó tanto, asegura, dado que las tortas fritas son “un producto barato y la gente siguió comprando igual”.

En un carrito de venta de alimentos, el anexo de mercadería puede jugarte a favor o en contra. A un puesto de tortas fritas le podés agregar oferta de panchos, jugos, refrescos, entre otros. Los aderezos que llegaron con la venta de embutidos, que Schenck incorporó al carro, fueron los que “dieron el puntapié para comenzar a probar algo nuevo con las tortas”. A partir de allí, algunos clientes comenzaron a pedirle torta frita con mostaza. “Estoy convencida de que ese fue el disparador para comenzar a innovar y crear”, aseguró la emprendedora.

De a poco, porque “tenía que ir probando el producto”, Schenck comenzó a mezclar y a saborear junto a su círculo de familiares y amigos para ver qué podía quedar rico y qué no. Como el mate, el fútbol y el candombe, la torta frita es un producto tradicional y parte de la cultura uruguaya. “¡Mirá si voy a comer eso!”. Esa frase “la he escuchado miles de veces”, recordó y agregó: “Al principio la gente era reacia a probar algo así y muchos no se animaban”, pero la realidad “es que quedan buenísimas”.

Lo que comenzó siendo un puesto de venta de tortas fritas como cualquier otro de los miles que hay en el país, Tortas Fritas Rellenas Lourdes va camino a cumplir 26 años. “Me la he rebuscado mucho”, expresó Schenck. “Arranqué con una amiga, después seguí sola con una empleada, que venía un rato en las horas pico, y hoy cuento con cuatro empleados”, que para un carrito de tortas “es un montón”.

El local ya no es el mismo que en los comienzos, y los gustos y aderezos tampoco. Una torta en el carrito de Lourdes se puede rellenar con jamón, muzzarella, panceta, cheddar, aceitunas y papas pay, dentro de lo salado. Además, se le puede agregar aderezos como mayonesa, mostaza, ketchup, salsa picante y barbacoa. Las dulces se pueden rellenar con dulce de leche, higo, durazno, membrillo, crema pastelera y chispas de chocolate. “Estoy por sacar dos combinaciones nuevas que dentro de algunos días ya van a estar disponibles”, contó Schenck.

El horario del puesto es extenso, pero aclara que “le gustaría extenderlo un poco más en verano”. “Vienen clientes de todas partes del departamento” y ahora que hay turistas extranjeros en los balnearios cercanos, “me piden que cierre más tarde así se van de la playa y vienen a comprar”.

Registro y franquicias

Schenck afirma que desde que ella comenzó a rellenar tortas fritas “muchos colegas optaron por hacer lo mismo”, dado el nivel de aceptación por parte de la gente y lo que generó a nivel comercial.

En 2018 pudo registrar su producto como “Tortas Fritas Rellenas Lourdes, desde 1997”. Fue un trámite que le llevó “más de dos años” y que hoy la deja “más tranquila”, ya que su producto, considera, “es único y se diferencia del resto”.

La emprendedora ha tenido ofertas para comenzar a tener franquicias en distintos puntos de Uruguay, y eso es algo que tiene “como objetivo a corto plazo”. En Juan Lacaze “no puedo expandirme más de lo que he logrado, que es muchísimo”. Al hacer el registro y lograr que ese sea “su producto”, Schenck está confiada en poder “realizar los trámites y comenzar a vender su marca” para que otras personas hagan su negocio y “el proyecto siga creciendo”.

Sobre gustos

La creadora de Tortas Fritas Rellenas Lourdes contó que la que más se pide es “la completa”, que incluye todas las opciones saladas más cheddar. Dentro de los gustos personales, ella opta por la que lleva muzzarella, aceitunas, mayonesa y orégano, y entre las dulces, la que va con crema pastelera. “Como dice nuestro eslogan: Probá y volvé”, cerró.